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Rompiendo las barreras arquitectónicas en las aulas de Educación infantil

    Escuchar es un capacidad cognitiva basada en comportamientos aprendidos, un nuevo estímulo mejora la memoria sólo cuando el procesamiento conecta la nueva información a conocimientos pertinentes existentes, basando su éxito fundamentalmente en la capacidad de atención y percepción fina de dicho estímulo.

¿Por qué adaptar a niños/as con sistemas inalámbricos de transmisión de la señal personales en el aula de Edcucación Infantil?

 

    Los niños no solo oirán con el micrófono remoto, podrán escuchar, centrar su atención, puesto que los maestros de infantil trabajan a través del juego contextualizado y principalmente a través del lenguaje oral apoyado por gestos, imágenes y objetos del entorno cercano. Trabajando los elementos segmentales y suprasegmentales del habla, en todo momento.

 

    Si el niño oye solo ruido, su atención caerá puesto que no hay patrones reconocibles y/o novedosos, por lo tanto no activará procesos cognitivos para el aprendizaje.

   

   Se hace necesaria por lo tanto una Estimulación auditiva proactiva, utilizando una estrategia-enfoque para mejorar el entorno acústico, aplicando procesos cognitivos activos a los sonidos percibidos y/o tecnologías de acceso.

 

   No podemos cambiar la capacidad biológica de audición de ningún alumno, pero si podemos complementar su audición a través del uso eficaz de tecnologías de acceso, programas de higiene acústica y la eliminación de barreras arquitectónicas.

 

   Nadie se plantea no adaptar precozmente al niño hipoacúsico con prótesis auditivas, ya sean audífonos y/o implante coclear, para acceder a un estímulo auditivo de calidad lo antes posible, en el aula escolar y en situaciones de aprendizaje, tampoco se plantea no adaptar y dotar con sistemas inalámbricos de transmisión de la señal personales al alumno desde antes incluso de la etapa infantil.

 

   Dichos sistemas inalámbricos de transmisión de la señal personales, se ha demostrado, mediante diversos estudios de campo, que les ayuda a separar “el polvo de la paja” (la voz del profesor del los demás ruidos y estímulos), es decir, estos sistemas estimulan el desarrollo de la escucha selectiva, que en edades tempranas se encuentra inmadura y en niños hipoacúsicos en mayor medida, ya que su acceso al estímulo auditivo se ve limitado.

 

   “La existencia de estadios de desarrollo del habla pre-intelectuales, así como, de pensamiento e inteligencia pre-lingüísticos, no requieren de un desarrollo del lenguaje oral formalizado, no obstante, en un momento concreto dichas líneas se encuentran, por lo que el pensamiento se hace verbal, y el habla, racional" (Lev Vygotsky), en los niños/as hipoacúsicos esta sincronización se produce de forma tardía, por tanto, el sistema inalámbrico personal en estas etapas del habla pre-intelectuales se hace necesaria para establecer una estructura fonológica correcta, puesto que la señal, entendida como la voz del enseñante, es el modelo fonológico de referencia para el niño en el aula de infantil y no los estímulos auditivos desordenados de su entorno.

 

     El niño, en su desarrollo, entra en contacto con variedad de modelos que le proporcionan las distintas hablas de las distintas personas con las que se relaciona. En su proceso de imitación no se dedica a imitar a cada uno de sus interlocutores, sino que a través de las distintas hablas, el niño capta el sistema, por lo menos en lo fundamental y dentro de los límites de sus necesidades, este descubrimiento del sistema le permite al niño independizarse de las distintas hablas y aproximarse a la lengua.

 

    Los niños son orgánicamente receptivos a desarrollar habilidades específicas durante ciertos momentos de desarrollo. Además, el cerebro requiere muchas oportunidades de práctica para desarrollar conexiones neuronales apropiadas, intencionales y precisas mediante la exposición repetida.

 

 "La plasticidad dependiente de la experiencia" es un concepto crítico que significa que la estimulación auditiva repetida conduce a conexiones neuronales más fuertes” (Carol Flexer)

 

     La cantidad de práctica necesaria para conectar continuamente y volver a conectar el cerebro para las habilidades de lenguaje de orden superior y la adquisición de conocimiento es enorme. Se necesitan 10.000 horas de práctica para convertirse en un experto en una habilidad particular. A la edad de 4 años, los niños típicos necesitan haber escuchado 46 millones de palabras para estar listos para la escuela.  Estudio recientes informan que al menos 20.000 horas de escucha son necesarios en la infancia y la primera infancia como base para la lectura. (Gladwell, Levitin).

 

     Todos los estudios científicos apuntan y destacan la extrema importancia del desarrollo cerebral auditivo en edades tempranas para la adquisición de la comunicación oral, lectura y escritura en niños, incluyendo aquellos que son sordos o tienen pérdida auditiva. Es indiscutible el rol de la neuroplasticidad, la pérdida auditiva, la tecnología y la estimulación cerebral auditiva en la maduración neural auditiva. El concepto de experiencia dependiente de la plasticidad estará unido a la cantidad de estimulación cerebral y de práctica auditiva necesaria para generar y cambiar las vías neurales. La apropiada adaptación de tecnología de acceso e intervención auditiva temprana y continua, permite resultados en el lenguaje oral, lectura y escritura jamás imaginados antes para los niños con cualquier tipo y grado de pérdida auditiva.

 

José Luis Verona Gómez
Maestro especialista en Audición y Lenguaje
Pedagogo especialista en Educación Especial

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verona@audicionylenguaje.es